Por
Manuela Henao Jaramillo
Tal vez muchos de nosotros
tengamos dudas acerca de nuestro sentido de vida, de por qué vinimos a parar en
este mundo, cuál es la finalidad de nuestra existencia, si Dios nos creó solo
por crearnos y ya. Para mí, cada cual fue creado por un propósito o un objetivo
en específico. Cada persona, en el camino que ha de recorrer en su vida, encontrará
que es lo que le da sentido a su vida, que es lo que lo impulsa a seguir
adelante, al igual que descubrirá para qué fue creado y para qué está hecho.
Especialmente nosotros los jóvenes apenas estamos por descubrir nuestro
propósito en este mundo y puede que tener claro nuestro sentido de vida nos ayude
a encontrar cuál es nuestra finalidad. Creo que cada persona tiene más o menos
definido su sentido de vida o creen tener definido que es lo que le da sentido
a su vida, por lo menos lo digo por mí.
Mi sentido de vida es
encontrar la felicidad, por esto me relaciono más con el sistema ético del
eudemonismo. El eudemonismo tiene como característica común ser una
justificación de todo aquello que sirve para alcanzar la felicidad. Lo que da
sentido a mi vida es la búsqueda de mi felicidad, porque es algo que me impulsa
a seguir adelante, a buscar a Dios, a
imponerme metas y logros que quiero cumplir. Pienso que para hallar mi
felicidad debo saber quién soy y cuál es mi deber para este mundo. Sé qué Dios
es el que me ayudará a encontrar mi verdadero objetivo y, que logrando
desarrollar mi espiritualidad y desapego podré encontrarme conmigo misma. Una
cosa que tengo clara es que mi deber principal es ayudar a las personas y el
medio ambiente, es algo que sin duda tengo que efectuar para conseguir un
estado cercano a la felicidad o la felicidad completa.
Algo que me llama la atención
del eudemonismo es que justifica cualquier medio para conseguir la felicidad.
Todas las personas pueden tener diferentes percepciones de lo que es felicidad
para ellas y, por tanto tratarán cualquier cosa para lograr alcanzarla. Pero el
problema es que algunos podrán afectar la tranquilidad y convivencia de los
demás, y pueden ser sumamente egocéntricos al tratar de obtener su propia
felicidad. En esto estoy en desacuerdo con ese sistema, porque todos debemos
tener respeto hacia los demás y no se debe atentar contra el bienestar de una
persona con tal de alcanzar sus propios fines.
Los propios seguidores del
eudemonismo pensaban que la felicidad no era posible de alcanzar, y Santo Tomas
de Aquino más tarde diría que sí era posible pero en otra vida. Yo opino que si
es posible de alcanzar y que tal vez solo algunos lo logren, pero yo tengo
esperanzas de que tendré una vida feliz y plena donde Dios será mi guía y mi
apoyo cuando piense que se me acaben las fuerzas y esperanzas de una vida feliz.