jueves, 23 de noviembre de 2017

SISTEMAS ÉTICOS- SENTIDO DE VIDA

Por JULIANA CATALINA SABOGAL TORRES.

Un sistema ético es un conjunto de valores y criterios que nos ayudan a clasificar nuestro sentido de vida; el cual nos llevan a encontrar y/o explicar el objetivo que tengamos en nuestras vidas.  Estos son estoicismo, epicureísmo, eudemonismo, utilitarismo, relativismo, sistema ético de Kant (ética del deber), existencialismo y ética de los valores.
Para mí los sistemas éticos siempre van a ir ligados a la ética, la moral y la religión.  La ética y la moral  tienen como objetivo definir de forma racional qué constituye un acto bueno o malo, como se aplica en nuestras vidas y en la sociedad; estos actos están basados en las reglas que deben regir la conducta de un ser humano en comunidad y consigo mismo, y la religión siempre nos dirá qué es el bien y el mal desde un punto de vista religioso y con una divinidad que la toman como ejemplo o referente para catalogar los actos buenos o malos que este haya clasificado u hecho. Esta nos ayuda a comportar de una manera “correcta” y a identificar nuestro sentido de vida. Por esta razón estas siempre se complementaran o ligaras entre todas.
Mi sentido de vida se basa en la ética del deber porque en su teoría, Kant, explica que todos los seres humanos tenemos la capacidad de razonar si una acción es moralmente buena o no. Este sistema nos habla de un conocimiento moral que se basa en el conjunto de acciones que debería realizar el hombre para considerarse "bueno". Esto no quiere decir que las personas nos veamos obligadas a hacer estas acciones; yo lo relaciono con la voluntad del ser para buscar la felicidad y el bien de todos.
Aquí, el autor se centra en los actos que se realizan para con y hacia las personas y la voluntad detrás de estos, más que en las consecuencias que traigan los anteriores.
Yo considero que los actos buenos o malos de alguna u otra manera pueden cambiar a la hora de llevarlos a la práctica, pues la comprensión de estos depende de cada ser humano porque es algo muy subjetivo y  nadie es totalmente correcto o incorrecto para decir si está bien o mal.
Me sentí identificada con este sistema ético, porque mi religión se basa de alguna u otra manera en esta. Tengo un ejemplo claro y es la vida y obra de Jesús. Él tenía como fin el bien de la humanidad, siendo él nuestro salvador. Poniéndonos a todos como su objetivo principal y no utilizándonos como medio;  enfocando su acción para el bien común donde el individuo siempre se verá beneficiado.
Lo que le da sentido a mi vida es Dios y mi familia, si ellos están felices yo también lo estaré, eso no quiere decir que mi felicidad dependa de ellos pero si hacen parte de esta, pues quiero que ellos siempre tengan lo mejor, de alguna u otra manera agradecerles por todo lo que hicieron por mí, por formarme en una persona llena de valores y darme la mejor educación. Por esto enfoco mi vida en buscar el bien de ellos y el de la sociedad, para lograr esto quiero ser médica porque saber que con mis conocimientos médicos puedo ayudar tanto física como emocionalmente a distintas personas eso me hace feliz, así tenga que superar distintas adversidades y “sacrificar” mi tiempo; pero si esto me hará feliz y ayudaré a muchas personas que es la base de mi sentido de vida, ¿por qué no hacerlo?



lunes, 20 de noviembre de 2017

EL SENTIDO DE VIDA COMO RESPUESTA A UNA GRAN POLÉMICA: ¿POR QUÉ Y PARA QUÉ ESTAMOS AQUÍ?

Por MARÍA FERNANDA CALDERÓN DURAN

Cuando hablamos de sentido de vida, nos referimos a aquello que le da un toque singular al pasado, presente y futuro que estamos, o en su momento, llevamos a acabo y que de alguna manera lo hizo especial y único para nosotros. Es aquello a lo que si le encontramos una respuesta y una dirección, instantáneamente le daríamos solución de manera personal a una de las preguntas formuladas que más polémica ha generado a  través de los años ¿Por qué y para qué estamos aquí?
Muchos creerán que es fácil darle solución a esta cuestión, pero en realidad no es nada sencillo pues no solo se tiene que evaluar desde el ámbito personal sino también en lo social ya que como sabemos, somos un animal de sociedad. A su vez es complicado darle una respuesta a esta pregunta ya que con ella le estaríamos dando un significado definitivo a un ente tan cambiante como lo es la vida. Para esto, desde hace muchos años, filósofos y pensadores han ido creando y sustentando sistemas éticos en los cuales podríamos catalogar nuestro fin en esta vida, aunque, claro está que no todos deben identificarse con estos pues como se sabe, todos tenemos un concepto diferente de la vida.
En mi caso, puedo decir que me identifico con el sistema ético que Epicuro propone a partir de su vida en “El Jardín”. Esta filosofía nos habla de la búsqueda de la felicidad a partir de los placeres corporales y del alma sin dejar de lado los sufrimientos. Encontramos que Epicuro en ningún momento rechaza el sufrimiento, pues según él: “no es inteligente elegir siempre el placer y rechazar siempre el dolor: debemos rechazar los placeres a los que les siguen sufrimientos mayores y aceptar dolores cuando se siguen de ello placeres mayores” afirmación que encuentro totalmente veraz, pues no tiene sentido que pensemos que hemos venido al mundo a encontrar acontecimientos perfectos y sin errores que lo único que nos provocarán será felicidad y placer pues todo se volvería monótono y perderíamos la satisfacción que sentimos ante un éxito.
En lo que llevo de mi vida (y creo que a todos alguna vez les ha pasado) he tenido que pasar momentos amargos para conseguir una satisfacción inmensurable, un tipo de satisfacción que te hace decir “valió la pena todo por lo que pasé” y el hecho de que ese placer haya empezado como un mal no quiere decir que el resultado sea menos intenso que el que se viviría si todo hubiese empezado a la perfección y sin complicaciones, contrariamente creo que es mayor la felicidad que se adquiere de esta forma. Puede sonar confuso y hasta un poco incoherente que un mal dé mayor placer, pero es algo parecido a la situación de los pesimistas, estos viven la vida mejor porque siempre están preparados para lo peor, y cuando lo peor no pasa, la alegría es doble.
Continuando con la epicureísmo y entrando un poco más en los sufrimientos, quiero suscitar una frase de Epicuro que me quedó calando en el cerebro y en pocas palabras representa la vida que estoy llevando a cabo: “el más terrible de los males, la muerte, no es nada para nosotros, pues cuando nosotros existimos, la muerte no existe, y cuando la muerte existe, nosotros no existimos”. No sé si la he interpretado mal, pero creo que con esto Epicuro nos invita a no temerle a la muerte, sino a aceptarla como un hecho natural de la vida. Con esta frase creo que sustenta toda su ideología pues nos invita a disfrutar de los placeres corporales y del alma sin temerle a algo que en este momento no existe y que por ende no debería significar un limitante para encontrar felicidad hasta en los momentos más mínimos de la vida.
Al encontrar un balance entre los dos factores predominantes en el epicureísmo (placer y sufrimiento), hallamos a su vez la imperturbabilidad, un estado que depende exclusivamente de nosotros, pues conseguimos el control de nuestros deseos y aflicciones y como finalidad, la felicidad plena.
Para mi vida quiero un futuro próspero lleno de cambios, quiero ser una persona influyente la cual deje una marca en la historia. Mi deseo no es conseguir grandes cosas para mí sino para las próximas generaciones; que ellas, por esos cambios que quiero hacer, puedan vivir en mundo más tolerante y abierto al cambio, en un mundo lleno de innovaciones y aceptación. Aspiro que puedan vivir en una sociedad en la cual no los critiquen por cualquier cosa que hagan y por el contrario, sus ideas sean aceptadas. Mi sueño y sentido de vida es poder infundir un cambio lo suficientemente grande como para que en un futuro las personas sean valoradas por el hecho de ser seres humanos y no por un estrato social. Mi meta es que todos podamos vernos como iguales y no siendo unos menos ni más que otros.
El motivo por el cual asocio el epicureísmo con mi sentido de vida es porque soy consciente que para llevar a cabo todas estas metas tendré que vivir muchas caídas, decepciones y momentos en los cuales pensaré que lo mejor es rendirme, sin embargo, al conocerme como lo hago sé que no lo haré, porque mi misión en este mundo en mucho más grande de lo que pienso y estoy segura de que Dios nunca me habría impulsado a seguir con este objetivo si él supiera que no soy capaz de lograrlo. Algo que siempre he tenido muy claro es que Dios nunca me dará una cruz tan grande que no sea capaz de cargar y si lo hace es porque sabe que estoy lista para ir por más.

Ansío llevar a cabo una vida llena de felicidad, anhelo conocer el mundo y saber que hay más allá de lo que conozco, ya que siempre me ha gustado el aprender. Me gustaría poder ayudar a muchas personas y remunerarle a mi familia todo lo que han hecho por mí pues sin ellos no creo que estaría donde estoy hoy en día. Quiero experimentar cada una de las etapas de mi vida, las tristezas y alegrías, los llantos y risas eternas, deseo conocer todas y cada una de las facetas que el mundo tiene por enseñarme pues mientras la vida siga, yo estaré más que dispuesta a vivirla. 

LA LIBERTAD DETERMINA QUIÉN ERES

Por LAURA MARCELA RAMÍREZ

El sistema ético que más relación tiene con mi sentido de vida es el existencialismo, pues este propone que todos somos libres y es esa libertad la que nos determina como personas; cada uno tenemos la libertad de elegir que hacer y recae en ti mismo si lo que haces lo ves como bueno o malo, sin embargo aquí está la diferencia que esta entre mi sentido de vida y existencialismo.
Personalmente yo creo que cualquier persona es libre de hacer lo que quiera, siguiendo al existencialismo, la persona considerará si es bueno o malo; yo digo que aquí debe implementarse un punto en donde una Moral social surja, pues debe existir un control para esa libertad. Es por este mismo motivo que puedo relacionar mi sentido de vida también con la ética del deber.
“Tu libertad acaba donde la de los demás empieza”, los demás son un límite para ti, pues tu puedes hacer lo que quieras siempre y cuando no afecte a los demás, y si los afecta que en lo posible se vean afectados de una manera positiva. Siendo así, según mi opinión, un individuo tiene la libertad de decidir qué hacer y cómo hacerlo, esto es lo que lo determina como ser humano; pero esa libertad “desenfrenada” se detiene cuando aparece el otro.
Ya que hacer el bien es una necesidad que surge en los individuos, una persona que tenga esto claro manejara su libertad de la manera que quiera, puede tener una mentalidad abierta al cambio y que acepte o por lo menos tolere los cambios que lleguen a surgir en una sociedad; pero si ve que su manera de pensar está causando molestia puede mantener ese pensamiento reservado y que solo surja en los momentos necesarios. Aunque más que la mentalidad yo me refiero a la manera de actuar; pues en la mentalidad nadie tiene por qué entrometerse y modificarla de acuerdo a un modelo idealista en donde todos piensen igual.
Entonces tu manera de actuar debe controlarse si está incomodando a los demás, por ejemplo una pareja que este demostrando su afecto de una manera sobrepasada en público debe controlarse ya que incomodara al resto, o una persona que genere mucho ruido debe de regularse cuando vea que está afectando a los demás de manera negativa.
Aunque la verdad es que esta libertad desaparece incluso antes de que la libertad del otro aparezca, ya que esta libertad es aplacada por el temor, puede que sea el temor a lo desconocido, al que pasara si comete una mala decisión o el temor a alguien más; aclaro que este último temor surge principalmente cuando le entregas tu libertad a alguien más, pues es esta persona la que establecerá si algo es bueno o malo. Y esto es lo que sucede en la sociedad.
Todos en un primer momento somos libres, se nos educa de la manera en que veamos que tenemos el poder de decidir, y esto es lo que nos diferencia de los animales, pero aquí entra la cuestión de hasta qué punto somos libres; estamos sometidos a un sistema que decide que es lo bueno y que es lo malo, y aquellas mentes que marcan un punto de diferencia suelen ser mal vistas por muchos y recibidas por otros. Pero siempre y sin importar que estará el temor a esta libertad total, pues al no estar plenamente conscientes de cómo es aquella libertad anhelada no sabemos que hay en ella, solo aparece el mundo de lo desconocido.
Y puede que en algún punto me esté contradiciendo, ya que esa libertad que “acaba” cuando la del resto inicia en algún momento fue establecida por el sistema que tenemos, aunque esto si es acorde, ya que ¿Qué clase de mundo tendríamos si nadie se preocupa por el otro? ¿Cómo sería un mundo en donde todos estén libres y decidan que es bueno y que es malo? ¿Qué pasa con aquellas personas que lo que vemos como malo lo considere bueno? De cualquier manera siempre estará el temor a lo desconocido, pues si con un sistema establecido se teme de las acciones malas de las personas, en un mundo en donde todo es bueno y malo dependiendo de la persona será algo peor, pues no se podría establecer una confianza.
Viéndolo de esta manera aunque no se quiera, siempre debe haber algo establecido y que sea aceptado por lo menos por la mayoría de personas, para así lograr un bien mayoritario… Y aquí entraría la cuestión de que es el bien, de porque se ve como bien, o de lo que es malo, porque se considera así (aunque no en cosas como cegar la vida de personas), y si es así, ¿por qué lo bueno me tiene que hacer feliz?, en mi caso, soy feliz cuando hay cosas que me gustan, mi felicidad se da cuando veo que los demás están felices, pues ¿para qué oponerme si es algo bonito de sentir?
Pero en el caso donde las personas tienen satisfacción en lo “malo”, son felices cuando hacen algo mal visto por la sociedad, como por ejemplo la homosexualidad, ellos son felices y no le están haciendo daño a nadie, y tampoco es como si buscaran hacer algo malo, pues todos somos inocentes, sin ninguna culpabilidad de los gustos, una persona no puede decir, tal persona me va a gustar dentro de algún tiempo, o esta persona no me gusta. Llegará el momento en donde lo improbable pasara y no podrás retroceder, pues a veces dañaras tu corazón. Aquí es donde entra la importancia primordial por el bien propio entra.
Es en donde surge la dimensión individualista, generalmente se tratara de hacer cosas que no dañen al otro, pero cuando llega otro que te dañe debes encontrar la manera de ponerle un freno, lamentablemente muchas personas ven el freno en forma de agresiones físicas o verbales y son pocas las que piensan tranquilamente decidiendo reaccionar de buena manera. Siendo pocas este tipo de personas, en esta sociedad se preocupan más por el bienestar propio que por el del resto, y se ve en pensamientos como: “ En un cismo la persona que quede atrapada, suerte; primero voy yo y luego el resto, ya después veremos cómo esta aquella persona que se quedó atrás” Y no solo se ve en este tipo de casos, se ve cuando surgen actitudes manipuladoras e interesadas, el individuo quiere obtener algo y hará lo necesario por conseguirlo, sin importarle lo que digan los demás.
Y viéndolo de esta manera lo malo surge gracias a la manera en que reaccionan las personas, si un individuo guarda tanto rencor hasta el punto de matar a otro es algo obviamente malo, de ninguna manera se verá como algo bueno. Pero por ejemplo ¿Por qué se da el robo?, por la envidia, el deseo a tener algo, mismo deseo que se ve aplacado por una sociedad al mando de personas egoístas que solo se interesan por sí mismos y nos les importa que pasara con el resto. La política es la responsable de esto, ya que si fuera algo bien ejercido existiría una igualdad, todos tendrán lo que merecen por su trabajo y no surgiría la idea de robar-
Siendo así, varias de las cosas establecidas por la sociedad como malo tienen su punto, aunque otras llegan a ser ridículas y no solo es una política la que determina esto (Lo considerado malo por el gobierno es cierto: Robar, matar, violar, etc.), también entran a importar factores étnicos, ideológicos, religiosos, culturales y muchos más que a veces consideran malo cosas ridículas.
Como conclusión, todas las personas son libres (claramente con limites), en cosas como expresar su opinión, pero deben establecer el punto de límite para esta libertad y está en la decisión de cada quien en donde esta esté limite, se esperaría que el limite fuese la integridad el otro, pero también se debe tener muy presente las consecuencias de las decisiones, ya que si actúas de una manera no muy adecuado llegara alguien más que te tratara de aquella manera poco adecuada, por ejemplo engañar para salir de líos, le dices un mentira a X persona o una falsa promesa, esa persona estará esperando y cuando descubra que era mentira, puede que te pague con la misma moneda.

Finalmente mi sentido de vida es sencillo, que las personas elijan que quieren hacer sin sufrir presiones, que tengan la libertad de decidir sin estar influenciadas, que lleguen a vivir su esencia en lo mayor posible, pero que de igual manera en que obtienen su libertad, que brinden libertad al otro, ya que si tú quieres ser libre, pero impides que el otro lo sea, ¿para qué quieres esa libertad?, ¿Para condenar a otros al posible sufrimiento por el que pasaste?, eso es un rotundo NO. Debes de tener en cuenta el bienestar del otro, manteniendo una idea de que si haces algo que le saca una sonrisa a alguien más sentirás felicidad de hacer feliz a esa persona (Aquí aplico un poco el utilitarismo)

MI FELICIDAD DESDE LA VOCACIÓN

Por LAURA MEJÍA

El sentido de vida es la búsqueda que realizamos para encontrar en ella la felicidad ya que como seres racionales vamos en busca de ello, a través de nuestras acciones, gustos, experiencias, valores, entre otros.
En los sistemas éticos podemos encontrar que algunas conductas o acciones van sujetas a cada sentido de vida y según la forma en la cual queremos llegar a encontrar nuestra felicidad, se encuentra uno o más sistemas con los cuales nos podemos sentir identificados.
En mi sentido de vida los sistemas éticos con los cuales me identifico son: el utilitarismo, el eudemonismo y la ética de Kant.
Para alcanzar mi felicidad, lo principal es hacer al máximo el bien común a los demás, ya que mi felicidad no está en lo material como llegar a poseer bienes materiales como una casa, un carro último modelo, etc. Mi felicidad se encuentra en el servicio hacia la comunidad y cuanto puedo llegar a ofrecerles con lo que he aprendido y quiero lograr y de esta manera poder lograr el bienestar para los demás y también en la gratitud y honra hacia mis padres por cada una de las cosas que han hecho por mí, que me han brindado, por su apoyo, su acompañamiento, su amor y ser mis grandes ejemplares, también por enseñarme a llevar a Dios siempre en mi camino y no separarme de él ya que es mi mejor guía para mi vida y mi apoyo incondicional, en cualquier circunstancia. "La primera obligación de todo ser humano es ser feliz, la segunda es hacer feliz a los demás".
Según el eudemonismo es la felicidad que busca por naturaleza el ser humano debido a esto considero que a pesar de que la circunstancia sea mala o buena, siempre tiene un aprendizaje que dejarnos y la mejor manera de hacerlo es buscar lo bueno en cada circunstancia. "si tenéis el hábito de tomar las cosas con alegría rara vez os encontrareis en circunstancias difíciles". Al tener una buena armonía y saber cómo manejar o controlar mis situaciones y emociones, estoy preparada para poder ayudar a dar un buen bienestar a los demás, ya que de esta manera ya que puedo llegar a encontrar un equilibrio el cual me ayuda a facilitar cualquier situación. "él que es feliz hace feliz a los demás"
Según Kant, al actuar con buena voluntad nadie podría reprochar, ya que no estamos buscando nada a cambio. Por eso mi carrera profesional, la elegí por mi vocación, ya que cuando haces las cosas que te gustan, siempre lo harás de buena voluntad.
 El valor más importante en mi vida es el amor ya que si se ama, se respeta, se es solidario, comprensivo, fraterno, honesto, tolerante, sincero, entre otros. Al actuar no estaremos esperando nada a cambio porque la ayuda que se ha brindado es la mayor satisfacción y no iremos en busca de un interés económico o individual. "obra como si la máxima de tu acción debería tornarse por tu voluntad, ley universal de la naturaleza"
 


miércoles, 15 de noviembre de 2017

MI SENTIDO DE VIDA

por JULIANA CARVAJAL

A veces nos preguntamos ¿qué sentido tiene la vida?
Hay días en los que reflexiono y me pongo a pensar que motivos tengo para vivir, me doy cuenta que mi sentido de vida se basa en el amor, el arte, y hasta en mi propia vida. Que aunque a veces tenga temores también tengo esperanzas y es que llegue el día en que pueda sembrar paz, respeto, que tenga fortalezas para poder lograr lo que quiero en mi vida, con el apoyo de mis padres.
Cada día yo voy formando mi sentido de vida poco a poco, construyendo mi buen camino, Dios para mí ya tiene claro cuál es mi sentido de vida, lo que yo tengo que hacer es ir buscando cual es, pensar para que estoy aquí.
Mi sentido de vida se basa en caminar, logrando mis metas y mis sueños, aclarando con cada paso por qué estoy aquí y hacía donde quiero llegar… a partir de mi reflexión con la vida, me doy cuenta el significado que puede llegar a tener esta misma, por eso, digo que mi sentido de vida va ligado al existencialismo, donde me permito cuestionar mi propia existencia fundamentada por medio de la esencia que me caracteriza.
Por otra parte me encuentro en un total acuerdo de lo recitado por el filósofo Jean-Paul Sartre, lo cual es uno de sus más reconocidos postulados, que dice: “la existencia procede de la ciencia”, es decir, que no hay naturaleza humana que define a los individuos, ellos son lo que son no por lo que reflejen, sino por los actos que determinan quienes son.
Me considero una persona libre y responsable, algo que es característico de los existencialistas, y que por lo tanto, conlleva a incitar al ser humano a desarrollar la creación de una ética, apartada de cualquier sistema, algo que liga también a la ética del deber de Kant.
Algo de lo que me siento orgullosa es la capacidad de ayuda y voluntad que tengo, mis acciones se determinan acorde a lo que me dicte la moral y el corazón, siempre intento sobreponer el deseo ajeno sobre el mío, no puedo tolerar la injusticia social, por ende, la ética del deber de Kant podría ser una descripción de mi propia doctrina, ya que obedezco al deber moral impregnado en mí, ayudo al otro sin esperar absolutamente nada a cambio, ni siquiera un gracias, intento ser equitativa en mi vida. Planteo seguir la universalidad de Kant y tomar a las personas como un fin y no un medio.
Concluyendo resta es destacar la autonomía que he adquirido en la travesía de los años, donde diversos agentes se encuentran a disposición de la ley moral se van desarrollando en la medida que voy creciendo dentro de comunidad, que la persona que al día de hoy se encuentra escribiendo esto tiene un propósito guiado por la misericordia de Dios, regalándome  su fortaleza, y algún día, podré sembrar mi semilla en el mundo.