Por PAOLA ANGÉLICA OVALLOS AYALA
¿Nunca han pensado, si su
vida tiene algún sentido? Y en ¿Qué o quién es el que le da sentido a ella? Y
¿De qué manera? La vida sí tiene sentido y la única persona que le puede
generar un sentido a la vida es cada uno de ellos, (yo misma le doy el sentido
a mi vida), sin dejar de recalcar que quienes los rodean y en quienes creen ayudan
a generarle un sentido a la vida, pero todo se debe a la importancia que le den
a dichas personas y creencias.
El sentido de la vida es
tomado desde dos sistemas éticos que son de vital importancia, los cuales son
el eudemonismo y la ética del deber, debido a que la finalidad de la vida es
llegar a la felicidad absoluta, muchas personas pueden decir que dicha
felicidad es inalcanzable, pero esa es la diferencia que tienen frente a los
demás; que eso que es imposible según su punto de vista, es lo que le da la
magia a la vida, buscan ser felices apoyándose en muchas personas y aspectos
que el “destino” ha puesto en su camino. Una de las cosas que más causan
felicidad es el amor hacia Dios, él es en quien más se debe confiar, porque los
planes de Dios son perfectos y nada ni nadie los va a cambiar.
Al tener como guía la ética del
deber, la cual les enseña que los derechos que tienen terminan cuando empiezan
los de los semejantes, comprenden que nadie es más que nadie, todos deben tener
las mismas oportunidades y todos deben ser escuchados y respetados sin mirar
color, sexo o raza; también consiste en ser justo, en “darle a Dios lo que es
de Dios y al Cesar lo que es del Cesar”; de actuar usando la razón ya que
muchos de los actos no solo los afectaran a ellos si no también a quienes los
rodean.
La manera en la que se
muestra la práctica de estos dos sistemas éticos es por medio de los actos y de
las actitudes; donde se presenta el ensayo y error, por medio del cual a partir
de las vivencias y consecuencias aprenden a diferenciar lo bueno de lo malo y
también se encuentra la introspección en el cual aprenden y desglosan conclusiones
a partir de la mente; sin tener que vivir los momentos, solo usando la razón
para saber cuáles pueden ser las consecuencias que traigan consigo dichos
actos, que no es necesario tropezarse una y otra vez para aprender; también
aprenden de lo que le ocurre a quienes los rodean, sobre qué consecuencias
traen esos actos sin tener que cometerlos.
Con todo aquello que digan y
hagan, las primeras personas que van a ser afectadas son ellos mismos, pero con
los tropiezos aprenden y continúan buscando la meta para así convertirse cada
día en unas mejores personas, porque aquello que sea difícil de cumplir, es lo
que más satisfacción va a traer; no dejan nunca el camino porque en los caminos
hay tropiezos pero con esos tropiezos lo que nacen son enseñanzas. Pero al
final está en cada uno de ellos preguntarse ¿Si le está dando el sentido
correcto a su vida?
El ensayo me llamo mucho la atención, debido a que se toma como punto de referencia que el sentido de la vida lo da cada quien de manera individual, basándose en sus experiencias, pensamientos y sentimientos.
ResponderEliminarMe gustó mucho la relación que se presenta entre la ética del deber y el eudemonismo, pues desde mi punto de vista debemos hacer todo aquello que nos permita vivir a gusto con nosotros mismos: la búsqueda de nuestra felicidad, pero con responsabilidad, pues es necesario comprender que para lograr nuestras metas debemos esforzarnos y actuar con responsabilidad, conociendo nuestro deber y entendiendo la razón de nuestros actos, no como obligación sino como el camino para lograr aquello que nos hemos propuesto y así ser cada día mejores personas.
Valentina Vargas T.