¿QUÉ TAN UTIL ES TU VIDA?
Isabella Quintana Vargas
Se torna complicado encontrar el sentido de la vida en la vida misma. Por más edad que cada ser humano tenga o, por más experiencias que haya acumulado, la frase sentido de la vida o la pregunta cuál es el sentido de su vida, es difícil de responder, ni la persona con más canas logra contestar con suficiente credibilidad. Sin embargo, es felicidad lo que todos queremos, coincidencialmente es lo que el mundo entero busca, entonces, porqué no indagar en fijarnos en el objetivo supremo de adquirir la máxima felicidad posible, pero no una felicidad de carácter individualista, mas bien de manera colectiva, en la que la utilidad que cada quien dé, promueva la felicidad en la pluralidad. Los jóvenes deberían ver hacia este tipo de satisfacción utilitarista, no enfrascarse en aspectos que arruinan sus vidas y que en vez de complementar a la sociedad la fragmentan cada día que pasa, prácticamente, se podría decir que estos gastan el tiempo que a muchos otros les gustaría tener. Se supone que vivimos en un mundo en el que todos estamos entrelazados y en el que todo lo que alguien haga le afecta a otro, por ejemplo, Don José, un campesino muy humilde siembra café, cuando recoge su cosecha y la procesa con ayuda de su familia, llega Don Jaime que se encarga de transportar el producto a la tienda de Don Victor, el café es ofrecido al publico por el valor de $1500, después, Doña Manuela, se da cuenta que necesita ir a comprar café para el desayuno, se dirige hacia la tienda del barrio y compra su café. Es curioso que de esta forma cuatro familias diferentes se alimentaron, tal vez estas personas ni siquiera se conocían, pero de esta forma se puede ver que somos como una red, misteriosamente la existencia de cada ser vivo sobre la tierra depende de otro. Por lo que deberíamos realizar una auto-evaluación sobre qué tan útiles le somos a los demás, ya que algo si tengo claro, estamos en este mundo y en este preciso lugar para hacer que los demás sean felices, ya que de esa forma, yo soy feliz. Es decir, cuando yo veo que mi mamá sonríe, también se dibuja una sonrisa en mí.


“Es mejor ser un hombre insatisfecho que un cerdo pletórico de satisfacción. Vale mas ser un Sócrates insatisfecho que un loco satisfecho. Y si el loco o el cerdo tienen una opinión distinta, es solo porque conocen únicamente una parte de la cuestión. “

Jhon Stuart Mill.